Se reflexiona sobre el valor de la tolerancia como respeto a la pluralidad de ideas, creencias y prácticas así como a las diferencias físicas o culturales que son propias de la diversidad humana. Se vincula a la defensa de la libertad de expresión y del libre pensamiento y se señala su importancia para sea posible una buena convivencia. Por último, se denuncia como el discurso del odio la pone en peligro trasladando la violencia del plano discursivo al espacio cívico.